HA SIDO DICHO Y
ESCRITO:
“LES HE DADO TU
PALABRA Y EL MUNDO LOS HA ODIADO PORQUE NO SON DEL MUNDO.
NO TE RUEGO QUE LOS
QUITES DEL MUNDO, SINO QUE LOS PRESERVES DEL MAL.
ELLOS NO SON DEL
MUNDO, COMO YO NO SOY DEL MUNDO.
SANTIFÍCALOS POR
TU VERDAD”.
AQUEL QUE ES SANTIFICADO EN LA VERDAD SABE POR QUÉ ES DIFÍCIL
OBTENER LA COMPRENSIÓN DEL MUNDO.
SU ALMA SABE QUE EL SUFRIMIENTO ES LO ÚNICO QUE PODRÁ
RECOGER DANDO EL AMOR A AQUEL QUE ALIMENTA EL ODIO.
AQUEL QUE ESTÁ IMPREGNADO DE LA LUZ DE LA VERDAD NO ES
SOLAMENTE INCOMPRENDIDO, SINO TAMBIÉN PERSEGUIDO Y RIDICULIZADO.
SU CORAZÓN ES COMO UNA GAVILLA DE GRANO BATIDA Y SU VIDA
ES COMO UNA FLOR PERFUMADA BAJO LA NIEVE. PERO SABE EL POR QUÉ Y SU ALEGRÍA ES
GRANDE.
LOS OJOS DE LOS IMPÍOS SE POSAN SOBRE ÉL Y SIENTE LA
FRIALDAD DE SUS SENTIMIENTOS PRIVADOS DE AMOR, PERO DE SU CORAZÓN EMERGE, A
CADA INSTANTE, LA ESPERANZA DE QUE, UN DÍA U OTRO, EL FRÍO SENTIMIENTO PODRÁ TRANSFORMARSE
EN UN DULCE DESEO DE AMOR FRATERNAL.
¡SÍ! ¡PARA LOS QUE HAN RECIBIDO SU DIVINA PALABRA ES ASÍ!
eugenio
siragusa.
Ginebra.28 febrero 1973
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